Está matriculado en Trabajo Social, su séptima carrera, tras Filosofía y Teología, Derecho y Derecho Canónico, Criminología, Ciencias Políticas y tres años de Medicina.
Quiso opositar a juez, pero un magistrado del Opus Dei se cruzó en su camino "otra vez" y su trabajo sobre la homosexualidad en los seminarios diocesanos levantó ampollas. En sus 25 años de párroco en Xestoso "con vocación de misionero", Patiño se ha convertido en el dinamizador social de una aldea despoblada y envejecida, donde se sobrepuso a la desconfianza inicial hacia el nuevo cura "con el pelo largo y pinta de revolucionario cubano". "Ahora tengo incluso a los caciques del pueblo de mi lado", presume.
Al poco de ordenarse diácono, en 1981, el obispo lo envió a Cedeira. Acabó en Xestoso, un pequeño núcleo casi aislado donde su trabajo silencioso comenzó a dar frutos "creando lazos entre la gente". En 2000 fundó y legalizó el primer Consejo de Ancianos de España, impulsó la Plataforma Pro Monfero y potenció la cooperativa local para hacer del grelo autóctono la bandera comercial del municipio. Cada Semana Santa organiza una gran tractorada y en Carnaval abrió las puertas de la iglesia a los feligreses para oficiar la misa.
Es propulsor y coordinador de la Universidad Señor (Uned) en Xestoso y a Terra Chá.