Después de finalizar sus estudios diplomáticos, fue destinado a París, donde desempeñó el cargo de vicecónsul. Durante esa época escribió unas crónicas periodísticas que se publicaron en el diario coruñés El Noroeste bajo el seudónimo de "Micromegas". Posteriormente, regresó a A Coruña y fue elegido diputado en Cortes en 1918. Tres años más tarde obtuvo un puesto en el Senado y en 1930 fue nombrado subsecretario del Ministerio de Economía Nacional. Después de su actividad política, volvió a la carrera diplomática y fue destinado a embajadas de diversos países. Tras la Guerra Civil, ocupó los cargos de consejero del Ministerio de Industria y jefe de la sección europea de la Dirección General de Política del Ministerio de Asuntos Exteriores. Fallece en Madrid el 19 de marzo de 1948.
En 1908, publicó una obra narrativa titulada La ciudad encantada.
El ayuntamiento de A Coruña le dedicó una calle en su honor.