Estudió Derecho en Santiago y Valladolid, aunque profesionalmente se dedicó al periodismo. Dirigió las revistas Poquita Cosa, Vigo Juvenil y Vida Gallega, la más importante. En 1903 compró el periódico El Independiente en Vigo, que pasó a llamarse El Noticiero. Jaime Solá también pasó un tiempo en Madrid, donde formó parte de la redacción de El Globo y colaboró en otros periódicos de la capital.
Como escritor publicó la novela Anduriña (1917), aparecida inicialmente en la revista Vida Gallega. En esta revista aparecieron también Diablillos, Mis memorias; Cuentecillos (1894) y los versos Todo malo (1895) y El nacer de un día (1919) y las novelas La mala sombra (1895), El alma de la aldea (1918), Ramo cativo (El Ribeiro de Avia) (1918) y El otro mundo (1919). Jaime Solá escribió, además, la comedia El Diputado.