En 1918 ganó la oposición para el cargo de escultor anatómico de la Facultad de Medicina en Santiago y en 1919 instaló un taller de escultura. Sus enseñanzas llegaron a muchos escultores, sobre todo durante su cargo de profesor en la Escuela de Trabajo de Santiago de Compostela.
Una de sus obras más importantes fue la talla de San Francisco, encargada por el propio convento, con la que obtuvo la Primera Medalla de la Exposición Nacional. La Segunda Medalla la obtendría también con su obra O Tesouro. Igualmente son dignas de mención sus obras Picariña, Filliña, Naiciña, Virgen de Tanxil y Cristo de Moyá.También realizó obras para países hispanoamericanos como La Virgen de los Desamparados (1949), destinada a Buenos Aires.