Durante buena parte de su vida, Paco fue un activo empresario de hostelería -¿quién no recuerda la popular cafetería-restaurante Muiño Roxo de Betanzos?-, presidente de un club de fútbol de categoría nacional, como el Brigantium (1968-1992), y también colaboró con Radio Betanzos con el programa “El Musical de Paco Casal” y “la tertulia de los jueves”, desde todos los frentes. Paco nunca dejó la música, a la que estuvo ligado desde su más tierna infancia, y la música, en todo su amplio abanico de manifestaciones, tampoco lo dejó a él.
Con apenas un año, su familia se traslada a la vecina localidad de Betanzos, Betanzos de los Caballeros, dónde el pequeño Paco encontró en su madre las mejores raíces musicales. Generosa lo arrullaba con sus sones musicales del rico folklore gallego, sin imaginarse que aquellas canciones y cantigas, aquellos sones y acordes, iban a ser la mejor semilla para aquel músico que estaba creciendo a orillas del Mendo y Mandeo, hasta hacer de él todo un excelente profesional de la música, primero como intérprete y más adelante como compositor.
A los seis años comienza a ir a la escuela Santo Domingo, teniendo como profesor a don Antonio Castro Maseda, alternando con clases particulares de doña Concha y Las Princesitas. Ya en estos primeros años de su formación muestra cierta predisposición artística y a los diez años (corría 1943), se mete más de lleno en el ambiente musical con atención especial al solfeo y a la teoría musical de la Academia de Música del Ayuntamiento, bajo la dirección de don Víctor Pariente Herrejón, alternando con enseñanzas particulares a cargo del profesor de Música don Lorenzo Rey. Aquellos intensos estudios se vio obligado a interrumpirlos, por prescripción médica del doctor don Luis Sánchez Arguindey, en 1945.
Paco no ceja en su empeño y después de dos años, su pasión por la música puede más, y los médicos le autorizan a retomar las clases, ésta vez de la mano del profesor don Manuel Fafián Casal. Con 14 años (1948), ve cumplido su sueño de ser percusionista y por primera vez se sienta ante una batería teniendo como profesor a un primo suyo, destacado baterista de la época, Antonio Maceiras Cagiao.
Tras un año de aprendizaje y con 15 años recién estrenados, el 16 de enero de 1949, debuta con la Orquesta Radio en Meangos (Abegondo - A Coruña). Al finalizar la actuación el director de la formación le pagó 50 pesetas, cantidad que estaba por encima de cuanto se pagaba entonces por una sola actuación.
Mientras, continuaba perfeccionando sus estudio musicales con el renombrado profesional don Manuel Lourido Iglesias y con don Alejandro Téllez Marín, éste como profesor de violín. Dos meses después fue llamado para formar parte de la naciente Orquesta Seva. En sus filas permanece apenas un año ya que, tras estudiar varias ofertas, se decide por enrolarse en la Bolero de Ferrol, una de las orquestas más en boga por aquél entonces (1950). Posteriormente (1952) se incorpora a la “Saratoga”, también de Ferrol, que en aquel momento estaba considerada, por los medios de comunicación, como la mejor formación orquestal de Galicia.
Sin dejar un sólo instante las "baquetas", alternando con el violín cuando la “Saratoga” interpretaba tangos y valses, con apenas diecinueve años (1953) le surge la oportunidad de estrenarse como compositor interpretando "He soñado con besos", un tema escrito, compuesto y con arreglos suyos. Tan joven ya deja claro que “la música es el verdadero lenguaje universal", como dijo el compositor y director de orquesta alemán Karl M. Weber.
Siempre rodeado de "su música", Paco abre un paréntesis en su vida. El 25 de julio de 1954 contrae matrimonio, con la joven y guapa María Elena López Carro, en la Iglesia Parroquial de Santiago de Requiám, de Betanzos. Durante 18 meses sus superiores en la milicia le dieron toda clase de facilidades para poder cultivar sus aficiones musicales.
Al año siguiente (1956), la ya famosa orquesta Los Satélites de A Coruña, que acaba de regresar de una gira por Venezuela, lo incorpora a su plantel profesional, tanto como cualificado percusionista como en calidad de violinista. Paco recuerda que esta formación orquestal fue la primera en dar a conocer en España ritmos tan populares y exitosos como el "Cha-cha-cha","Merengue","Chivirico", etc.
Dos años después, en 1958, rondando los 25 años, Paco afronta un nuevo reto. Se enrola en Los Celtas de España, y el 11 de diciembre de aquel año emprende una amplia y dilatada gira por Europa, empezando por Fribourg (Suiza) para después continuar por los mejores escenarios europeos e incluso Oriente Medio, siempre con notable éxito. Fueron dos años intensos y triunfales lejos de los suyos, hasta su regreso a Betanzos el 3 de diciembre de 1960, siendo recibido con el máximo cariño de los suyos y las constantes muestras de admiración de sus paisanos.
Nuevo paréntesis y nuevos proyectos, los dos años lejos de Betanzos le han permitido ir fraguando, sin dejar la música, su proyección de futuro. Ingresa en el mundo de los negocios y monta un ultramarinos-frutería en Las Cascas, que más tarde daría paso a la famosa cafetería-restaurante "Muiño-Roxo".
Corría 1961 y, una vez que puso la primera piedra de sus aficiones empresariales, se incorpora a la Orquesta Radio de A Coruña, dirigida por Pastor Asensio Pan. Pero continúa estudiando y en septiembre de aquel año decide presentarse a examen de compositor en la Sociedad General de Autores y Editores de A Coruña, prueba que pasa con éxito y que le permite, oficialmente, componer, editar y publicar nuevas canciones y temas musicales.
El nuevo maestro-compositor, ya cualificado intérprete, quiere más y en octubre de 1961 se incorpora de nuevo a los ya conocidos e internacionales Los Celtas de España. Debuta en Munich (Alemania), recorriendo, éxito tras éxito, toda la geografía germana, pasando por Francia, donde compartió cartel con primeras figuras del firmamento artístico y musical a escala mundial, Marlene Dietrich, Frank Sinatra, Louis Armstrong, Robert Jeantal, Vince Taylor, La Greca, etc., con actuaciones multitudinarias en plazas de toros, pabellones deportivos, teatros, casinos y las mejores salas de fiestas.
De vuelta a casa la cabeza del joven músico tenía muchos proyectos que clarificar, ya que la década de los sesenta iba a ser determinante en su carrera como intérprete y de cara al futuro. Incluso bullía en su mente la despedida de los escenarios. Primero durante los meses de verano de 1962 en el night-club Bahía de Rosas (Gerona), donde comparte cartel con primeras figuras y estrellas como La Chunga, La Camboria, Dolores Vargas "La Terremoto", Antonio Gades, La Princesa Mina, la mejor bailarina india de todos los tiempos, y un largo etcétera.
Una vez finalizado este segundo contrato con los Celtas de España, Paco Casal, durante el otoño de 1962, decide formar un conjunto, en el que quedarían integrados Manolo Bello (piano, acordeón y voz), Indalecio Iglesias (contrabajo y tenor), Manuel Pérez (saxo alto, clarinete y voz) y Antonio Martínez (trompeta). Tras los primeros ensayos, en noviembre, había que bautizar el grupo y, después de barajar varios nombres, el amigo empresario, don Antonio Concheiro Caamaño, les sugiere el de los Vieirantes.
Tras un otoño de intensos ensayos, “Los Vieirantes” salen a la palestra y se presentan, el 6 de enero de 1963, Día de Reyes, en la sala de fiestas Rey Brigo de Betanzos. De la importancia del evento da cuenta el siguiente dato: El cartel anunciador de la actuación medía 11 metros de largo y sus autores fueron los conocidos Eduardo Muñoz Vales y Manuel Justo Vázquez. Betanzos acogió al grupo con un lleno impresionante y aquella actuación todavía se recuerda hoy. Incluso aquella noche, el grupo tuvo que hacer doblete, puesto que, a la media noche se vio obligado a desplazarse a la Sociedad Recreativa Liceo de Betanzos, donde la nueva agrupación musical volvió a ser aclamada y la fiesta duró hasta bien entrada la madrugada.
Fue una actuación, este doblete en Betanzos, cuyos ecos llegaron a todos los rincones de Galicia y la nueva formación musical fue reclamada por las mejores salas de las principales ciudades gallegas que ocuparon a Los Vieirantes durante los meses de enero y febrero. Hasta más allá de Piedrafita llegaron los elogios al grupo y Madrid llamó a sus puertas para incluirlo, la prestigiosa sala Flamingo, en la programación de marzo y abril, contando entre sus fieles seguidores a Sara Montiel. Otras salas madrileñas, Moroco, Castelló y Casablanca, no quisieron perderse la oportunidad de contar con las actuaciones del conjunto de moda en el ambiente musical español, como era éste quinteto gallego. Su estancia en la capital de España se prolongó dos meses más, mayo y junio.
Su éxito no tiene límites y desde el Sur español empiezan a "llover" contratos. El primero, el uno de julio, para inaugurar La Parrilla de los Monteros en Marbella (Málaga). Su éxito allí rebasó todas las previsiones y se prolongaría hasta el 15 de septiembre. Fueron noches inolvidables en el paraíso turístico que era el entorno marbellí, donde resultaba habitual la presencia de ilustres personalidades de la realeza, la aristocracia, la política, la diplomacia, las finanzas, la industria de Europa y América, como los Duques de Windsor, los Príncipes de Liechtenstein, Los Barones de Rothshild, los señores Cartier, Roussel, Crawford; Fierro, Stilianopoulos o actores y actrices famosísimas como: Mel Ferrer, Audrey Herpburn, Mara Lane, Steward Granger, Ava Gadner, Deborah Kerr, etc.
Paco Casal recuerda especialmente al Duque de Windsor, que le pasaba campechanamente el brazo sobre los hombros para pedirle el "twist". Tampoco ha olvidado al general Batista, presidente de Cuba depuesto por Fidel Castro, al que siempre recibían a los acordes del "Manisero", que agradecía con una sonrisa y al despedirse "dejaba caer discretamente un billete de mil pesetas".
Por aquel entonces, por la Parrilla del Hotel Los Monteros desfilaban las mejores atracciones mundiales, a las que daban paso el grupo gallego y la voz de Paco, que presentó, entre otros, a Sacha Distel, Andy Rousell, Beni de Cádiz, al cuadro Flamenco El Duende de la hija y nieta de Pastora Imperio y a la jovencísima Rocío Jurado que, con tan sólo 18 años, ya arrasaba.
En plena euforia musical el compositor brigantino compuso una canción dedicada al complejo turístico de los Monteros, a la que el escritor y cronista oficial marbellí, don Fernando Alcalá Marín, dedicó un importante apartado en su historia de la época, "el principio de una larga marcha" en el capítulo "la década de los gigantes".
Tras su larga estancia en Marbella, el grupo regresa a Madrid reclamado por la sala La Galera dónde actuarían hasta finales de noviembre, fecha en la que decidieron retornar a Galicia para pasar el invierno, declinando varios contratos para continuar en la Capital, lo que les permitió cotizarse bien a la alta en varias galas en escenarios gallegos. En marzo y abril de 1964 centran su actividad en el hotel Universo de Pontevedra.
En esas fechas, Paco recibe noticias de que su madre padece una grave enfermedad y decide regresar a casa para estar al lado de mamá y de los suyos. La incidencia obliga a la disolución del grupo pese a que surge la posibilidad de firmar un contrato, por siete meses, para actuar en tierras africanas de Dakar (Senegal).
Junto a los suyos y al experimentar su madre una mejoría, Paco se incorpora a Los Satélites, con la promesa de quedar libre de finalizar la temporada de verano. Con este trámite cumplido y su progenitora muy mejorada, decide ingresar en una orquesta suiza de jazz, la “Lou Andrini”. Al principio tuvo dificultades para adaptarse al estilo de jazz que hacía (New Orleans) pese a su larga experiencia. Poco a poco fue incorporando a su propio estilo toda una serie de enriquecimientos del lenguaje musical del jazz, a la vez que ampliaba sus conocimientos de armonía merced a las clases del profesor Marco Lacatelli Lloyd de Ginebra. Alcanzó así su punto de madurez y se ganó el selecto público helvético.
Al año siguiente (1965), actuando con la orquesta en Zurich, decide proseguir sus estudios de armonía con el maestro Walter Reger Reutter, organista, compositor y director de orquesta. En esta línea continua hasta el 30 de Septiembre de 1996 en qué, pese a que la Lou Andrini quiere ampliarle el contrato, toma la decisión de abandonar la música como intérprete y regresar a Galicia para dedicarse de lleno a su empresa de hostelería. Nacía el Emporio Muíño Roxo, que inauguraría el 31 de diciembre, y al frente del cual estaría 32 años, pero también se abrían las puertas de un prolífico compositor, aunque en el verano de 1970, a petición del recordado director de los Trovadores, Alfonso Saavedra, volvió a pisar los escenarios, pero sólo en galas veraniegas por todo el Norte español y parte de Portugal.
Después de una intensa y exitosa carrera como intérprete -batería, violín y voz- militando en las mejores orquestas de España e incluso de invitado en alguna extranjera de fama mundial como la de Xavier Cugat y los Habana Cuban Boys de Armando Orefische- que no pudo cumplir por tener otros compromisos - Paco rechazó una oferta del mundialmente famoso Antonio Machín para incorporarse a su orquesta, algo que hoy lamenta, sobre todo porque le grabaría dos temas suyos.
Medio centenar de temas musicales editados y grabados, difundidos por orquestas, radio y televisión, son la mejor carta de presentación y el más preciado aval de su fama, popularidad y admiración tanto como músico como por su facilidad para componer. Son testigos y exponentes, entre otros, la orquesta Compostela, Los Key, Los Satélites, Melchor, Ana Kiro, Pili Pampín, Luis Queimada, Montse, Iago y Lucía, Manolito "El Pescador", Sito Mariño, Demetrio, el Dúo Cristal de Alicante, Agustín Tato, etc..
Entre sus últimas creaciones, cabe destacar la Muiñeira de Betanzos, que dedicó a su padre, José Antonio Casal Cagiao. Fue seleccionada por el Ateneo de Ferrol y grabada posteriormente.
En 1999 la Banda Municipal de Betanzos, estrenó el pasodoble "De Galicia a Buenos Aires", dirigida por Raúl Galán Cerveró y en el 2001, su primera incursión en la música clásica con la fantasía “Diana Cazadora", dirigida por Juan Ferrer Cerveró.
Con sus creaciones conquistó el Primer Premio en el Festival de Marín (Pontevedra), y el de interpretación en el Festival de O Grove (Pontevedra), y el segundo en el Festival de Ares. En dos ediciones del Festival del Miño (Orense), dos temas suyos lucharon por uno de los galardones y, ya fuera de Galicia, varias canciones fueron preseleccionadas en los festivales de Mallorca, Gijón, Almería y Benidorm.