Estudió en el Colegio de los Hermanos de las EE.CC de La Salle destacando por su inclinación a la lectura, la pintura y la música.
Emigrante a Cuba, colaboró en el "Diario de la Marina" de la Habana y, al regresar a España, fundó en Verín el semanario humorístico "El Cencerro" en 1926. Buen versificador y dibujante, su inquieto espíritu bohemio y aventurero, tras enviudar, le llevó a alistarse en la legión, participando como sargento en el ejército del Norte durante la Guerra Civil. Al resultar herido en una mano con pérdida de un dedo combatiendo en Guipuzcoa, abandonó la milicia con el grado de suboficial.
Sus dotes artísticas como dibujante le dieron popularidad como el primer pintor de letreros y murales en tapias de Verín, que firmaba "Carlampio" y usaba como seudónimo en escritos de prensa.
A su fallecimiento en desgraciado accidente doméstico, dejó escritas pequeñas obras de humor sobre tipos populares.