Ya desde muy joven desempeñó varios oficios. Era un gran lector y poseía una vasta cultura aunque no llegó a estudiar bachillerato. Fue un gran amigo de Luis Seoane, que le pintó en 1931. Varios de sus artículos y relatos se encuentran en "Nós", en "Yunque" y en el suplemento del sábado de La Noche (1949).
Dejó inéditas varias novelas en castellano, entre las que destaca Zambulón, mundo cerrado que fue finalista en el Premio Nadal en 1945.