Era hijo de Pascual Veiga Iglesias. Fue discípulo del violinista Jesús de Monasterio. Terminó la carrera (1888) y obtuvo un gran triunfo como concertista en el Casino Republicano (1889). Desarrolló, además, una importante labor como crítico y articulista en "Ilustración Musical Hispano-Americana", siendo de especial mención un artículo titulado "Algo sobre los cantos gallegos" firmado en Madrid en 1894.
Como compositor editó, entre otras obras, una colección de valses para piano, que lleva el título de Al vuelo y la melodía para canto y piano ¡Fatalidad!.