Juan Orol emigró a Venezuela, Estados Unidos, Cuba y Méjico. En Cuba desempeñó múltiples oficios (jugador de béisbol, mecánico, boxeador y actor de teatro). Cuando contaba veinte años de edad volvió a Méjico, donde se hizo torero y se dio a conocer con el nombre de Esparterito. Alteró esta profesión con la de policía secreto hasta 1928.
Con treinta y tres años comenzó a trabajar como director artístico en una empresa radiofónica a la vez que colaboraba como actor secundario en algunas películas. Poco después, fundó la productora Aspa Films y desarrolló una intensa carrera cinematográfica. Su última aparición en el cine fue como actor en la comedia Ni modo... así somos (1980).