Pasa toda su vida en su ciudad natal, donde su padre tiene un taller de mármoles. Conoce a Dieste, Maside, Fole, Cunqueiro, Seoane y otros intelectuales y artistas que lo animan a esculpir. Además de esculpir en mármol, Eiroa recupera los materiales típicos gallegos como el granito y la madera.En sus obras refleja sobre todo el tema de la mujer, sobre todo la mujer-madre. También esculpe Cristos.
Dada su prematura muerte, el número de obras es escaso. Destacan principalmente Rapaza, Maternidade, Nai e fillo, Muller en repouso, Campesina, Leiteira, Cabeza.