Cuando terminó los estudios eclesiásticos fue nombrado párroco de la feligresía de santa Eulalia de Ludrio, siendo cura de la misma desde el año 1780 hasta su muerte. Tenía en sus talleres hornos de fundición y un taller de ajustes y montajes.
Entre los muchos relojes que salieron de sus talleres destaca el del Monasterio de Sobrado. También hizo relojes para otras personalidades de la época e incluso para la casa Real.