Ángel González González


Fecha de Nacimiento: 2 de octubre de 1934
Lugar de Nacimiento: Trasar de Carballo, Carballedo (Lugo)
 Currículum

No tenía recuerdos de su padre, Pepe, que murió en diciembre de 1935 por una grave infección a causa de un flemón. Su madre quedó viuda y con cinco hijos para criar durante la guerra y la posguerra del hambre. Por eso, desde muy pequeños los hermanos tuvieron que ayudar en casa: cuidar las vacas, ir al molino de Ceides con la yegua. Don Benigno (tío de su padre) decidió ayudarlos pagando los estudios en el Seminario de Anxo y de su hermano Pepe.

Cuando fue a estudiar al Seminario ya se comportaba de modo diferente a los demás seminaristas que en las vacaciones no trabajaban en el campo; él si ayudaba en casa en los trabajos de la hierba seca o cuidando las vacas. Recibió las órdenes de cura el 28 de junio de 1959 en una ceremonia celebrada en Lugo y en la que hizo la primera comunión su sobrino Bernardino (hijo del hermano de casa, Juan). Recibió las órdenes del obispo auxiliar Don Antonio Ona de Echave aunque aún vivía el titular Balanzá y Navarro.

En 1959 fue nombrado cura de San Xusto de Quindous - Cervantes (estuvo más de un año), siguió en Santa María de Ferreiros de Balboa-Becerreá (casi tres). En 1964 fue nombrado cura ecónomo de San Pedro Fiz de Hospital del Incio (principal) y también de Santa Cruz do Incio (anexo). En 1992 también lo nombran Administrador parroquial de San Pedro do Incio y Santalla de Trascastro, junto con la Ferrería, que depende de Trascastro de la que queda muy lejos. Y ya echó raíces en O Incio para siempre.

Cuando llegó a O Incio, la iglesia nueva (de 1961) estaba casi sin pagar (había sido obra de don Argimiro, que había marchado a Argentina y mantuvo siempre una cordial relación con Ángel) y tuvo que moverse mucho y llamar a muchas puertas para conseguir el dinero. Esta iglesia es de las primeras en el país gallego en tener arquitectura moderna sin imitar las típicas iglesias de siempre, está perfectamente integrada en el contorno de la Cruz do Incio. Tiempo después pasó también años de trabajo y muchas angustias para conseguir restaurar la histórica iglesia del Hospital (en dos etapas porque estuvieron las obras paralizadas)

Pero lo consiguió y la enseñaba orgulloso contando cada detalle y señalando el hermoso paisaje de castaños que la circunda. Cuidaba con mucho mimo el jardín de delante de la iglesia, el sitio donde se colocó su busto el 31 de enero de 2009. He aquí la información enviada por los promotores del busto: A la hora de encargar el busto, por unanimidad decidimos que fuera un escultor natural de O Incio el que elaborara la obra. Además se da la casualidad que el escultor, Álvaro Pereiro conocía personalmente al cura de O Incio, por lo que la tarea era más sencilla.

En 1992, el escultor Álvaro Pereiro y el sacerdote Ángel González colaboraron para un programa de la segunda cadena, en la que mostraban los yacimientos megalíticos de O Incio, imágenes de las Mámoas Célticas de Goó, visitas al Castro de Formigueiros, forman parte del reportaje. Así mismo, colaboraron ambos con la Revista Arquio para un documental sobre la Arqueología Gallega Celta.

El busto con el que se pretende homenajear al cura de O Incio es de carácter románico. La piedra con la que está realizado es de la Cantera de Lóuzara en el Ayuntamiento de Samos, porque es la piedra que mejor acompaña al entorno en el que se coloca el busto, en las inmediaciones de la Iglesia de Hospital de O Incio, también románica.

El escultor tomó las medidas para hacer el busto de unos bustos también románicos situados en las inmediaciones del Pazo de Vilaboa en A Coruña.

Para la elaboración del busto, contó con fotos que los sobrinos de Ángel González tuvieron la amabilidad de prestar, fotografías en las que aparece solo y en primera plana. No obstante, en nuestro ánimo de implicar a un mayor número de personas de O Incio, en la elaboración del busto, también contamos con la ayuda inestimable de Miguel Torre, un pintor local que se prestó a hacer un boceto- retrato de Ángel González.

A la hora de elaborar el busto, al escultor le resultó de gran ayuda conocer personalmente al homenajeado, a la hora de ir trazando los rasgos que lo caracterizaban. También contó con el apoyo de muchas personas que a menudo visitaban su casa para irle indicando características de Ángel González, indicaciones que esperaban que al artista le resultaran de utilidad. Finalmente y también por unanimidad decidimos que fuera la frase “YO NO VINE A SER SERVIDO SINO A SERVIR” la que conste en la piedra que soportará el busto, pues ningún dicho mejor podría definir la trayectoria de un hombre que dedicó toda su vida a los demás sin esperar nada a cambio.

Fue de los primeros curas de la diócesis en dejar de llevar sotana y en decir misa en gallego. Participó en movimientos progresistas y galleguistas como Irimia. En los años 60 él y otros curas fueron a Lugo el día en que se celebraba la Ofrenda al Santísimo en la Catedral y se situaron delante del Palacio episcopal cuando las autoridades iban a comer, ellos llevaban un garrafón de vino, torreznos y pan. Parece que durante un tiempo la guarda civil tenía que mandar informes de sus homilías.

Ayudaba en la parroquia en todas las labores colectivas, manejaba pico y pala cuando cumplía. Para la construcción del grupo escolar hizo mucho pico y pala e hizo mucho cemento. También participó en el asunto del monte común, donde tenían las vacas rubias (autóctonas) y aquel toro tan bravo. Trabajó de taxista, de dependiente de la farmacia de O Incio (muchos años)

Más tarde aprobó en Santiago los exámenes de graduado social y así pudo ejercer en el oficio de la gestoría de la mano de su gran amigo, el también sacerdote Don Manuel Varela Gorgoso, y los últimos años en sociedad con Luís de Sarria.

Nunca le cobró a los feligreses por bodas, bautizos o entierros. En muchas bodas no sólo no cobraba sino que también llevaba un regalo.

Cualquier familiar, amigo o feligrés podía contar con él para lo que hiciese falta.

También fue de los primeros sacerdotes en celebrar los entierros sin cantos ni una recua de curas en la ceremonia. Contaba que había hecho una votación en la parroquia y había habido mayoría absoluta: que en el acompañamiento se iría en silencio y luego se diría una misa rezada, igual los pobres que los ricos. Cuando cogía una parroquia pedía que se hiciese una comisión que gestionase las cuentas, permisos, posesiones, etc. Porque, decía, todo era de la parroquia, no del cura.

No era nada amigo de las autoridades eclesiásticas (decía que le provocaban alergia) porque siempre habían sido de ideas conservadoras y él era progresista en todos los niveles. Pero aún así siempre actuó dentro de la Iglesia. Fue muy amigo de progresistas como Xosé Alvilares, los hermanos Jaime y Abel Quiroga, José F. Hermida, Pablo Rodríguez, Xesús Mato... Se relacionó con Torres Queiruga, Julio Lois, las gentes de Irimia. Era seguro todos los años en la Romería de los Creyentes Gallegos, que organizó un año en el Hospital -foto de la izquierda-. Participó en los movimientos socialistas-religiosos (mismo en tiempos de clandestinidad)

Con la democracia entró en la política activa y fue concejal en O Incio por el PSOE con su amigo García. Dejó pronto los cargos políticos. Tenía que ser y era cura de todos, de las derechas y de las izquierdas, aunque personalmente se inclinase por los progresistas. Por eso celebró con familiares y amigos la caída de las derechas en 2005.

Su viaje más importante fue a Nueva York en 1988, invitado por el Centro Gallego para pronunciar una conferencia sobre Otero Pedraio. Allí fue agasajado por don Emilio González López, Amado Ricón y otros ilustres personajes.

En una de las operaciones quirúrgicas que sufrió estuvo varios meses sin volver a O Incio. Quien lo llevó el primer día de vuelta de la fe de que salían las mujeres de las casas en las aldeas a darle abrazos a D. Ángel cuando entraba en cada lugar.

Fue siempre el mayor apoyo para toda su familia, era muy familiar. No había fiesta o comida del clan a la que él no acudiese, siempre con su humor y nunca presidiendo ni dando la nota, él era uno más. Además no había problema o disgusto en el que él no ayudase. Animó a Manolo cuando quiso modernizarse y hacer la estabulación nueva y el tío, D. Benigno, no quería dar el permiso. Animó a Xan cuando trajo la primera vaca pinta. Les ayudó a los hijos, buscando trabajo y pagando los estudios.

También él fue el culpable de que existan Os Parentes, una cooperativa ganadera de 300 vacas formada por sobrinos suyos. Los animó y les preparó reuniones con técnicos amigos suyos. Siempre estuvo detrás gozando de cada momento de la obra y el día en que metieron las vacas en las nuevas instalaciones puso la condición de poder estar presente, fue uno de los más felices de su vida.

La relación con los sobrinos fue entrañable. Él siempre respetó las opciones ideológico-religiosas de ellos y siempre acudía a cuanta boda, bautizo o comunión había en la familia y aún por encima hacía uno de los mejores regalos. Lo curioso es el nombre por el que lo llamaban siempre todos los sobrinos y bisobrinos cariñosamente, INCIO. Así lo conocieron y llamaron todos los bisobrinos, mismo algunos pensaban que era nombre de pila. Antes era costumbre entre curas llamarse por el nombre de la parroquia que llevaban y como en la familia de Anxo siempre hubo muchos curas, de ahí viene el hábito.

Siempre tuvo bastante buena salud hasta los últimos años y la acompañaba la madre y hermanos en sus visitas a médicos cuando eran fuera, él ponía el coche, la comida y las gestiones (él estaba con Pepe cuando el yerno de Franco lo quería operar del corazón y casi no lo cuenta; con Manolo en Barcelona en la angina de pecho y con Xan en Pontevedra por la úlcera de estómago)

En el Carnaval de 2005 se le descubrió un cáncer linfático. Peleó y aún volvió temporadas a O Incio, pero en el Carnaval de 2006 le dio una neumonía muy fuerte, salió de ella pero a los pocos días comenzó una infección generalizada que acabó con él en el Hospital de Lugo. Fue muy bien atendido: enfermeras, el Dr. Paz, el gerente del hospital. Su cuarto estaba siempre abierto a feligreses, amigos y familia.

Se le hizo el velatorio en Trasar, en su casa desde las tres del miércoles 19 hasta las cinco del viernes 21. Le había dejado a la cuñada, Pilar, que lo cuidó en la enfermedad, un papel ya dos años antes con las condiciones del entierro: nada de flores, vestido sólo con un alba blanca y una estola verde (la mayoría de los curas llevan una casulla), que no se pusiesen autobuses y una caja de las más baratas.

El día de su entierro (21 de abril, cuando empezaba la primavera) se colapsó Trasar de Carballo. Los coches llegaban muy lejos, había autobuses de O Incio. La gente entraba a ver el cadáver y salía llorando. Llovió mucho a pesar de ser un día de abril y con frío. Pero la ceremonia en el pajar de la casa fue multitudinaria. Ofició el Sr Obispo Frei José con el Vicario y el Arcipreste D. Pegerto do Rañadoiro. D. Pegerto leyó un sentido texto sobre él, los sobrinos Anxo y Elías participaron en las lecturas. Era imposible contar el número de curas que había allí.

El domingo 23 las parroquias le tuvieron una misa en O Incio. Ofició una ceremonia sencilla como a él le gustaban y su amigo José Alvilares. La iglesia estaba abarrotada y hubo mucha emoción y lágrimas. Una niña leyó la lectura y un niño leyó una poesía hecha por ellos en honor a Don Ángel. Su ahijado dio las gracias en nombre de la familia: estaban presentes 21 miembros.

La niña pidió un aplauso para el cura (el que siempre pedía un aplauso en las bodas, bautizos... para los demás)

El 16 de agosto de nuevo hubo una misa organizada por sus curas amigoss: Xulio Lois, Torres Queiruga, Pablo Rodríguez Rodríguez, José Fernández Hermida, Xosé Alvilares, Xesús Mato, etc. De nuevo la iglesia llena. Los feligreses fregueses entregaron una placa en recuerdo para poner en la tumba. Su ahijado dijo a todos: “En nombre de la familia quiero agradecer todas las atenciones que están teniendo con su memoria. Él siempre fue el mejor puntal de nuestra familia, por eso este acto y esta placa nos llena de orgullos y nos hace mucha ilusión. La colocaremos con todo cariño, anímense y vengan por Trasar para verla colocada, la que fue su casa será siempre la de todos ustedes, sus amigos y feligreses serán siempre bien recibidos, muchas gracias”. Media iglesia tenía lágrimas en los ojos.

Para nada respondió al típico cura buen cazador y pescador (deportes que no practicó), ni tuvo nunca caballo o yegua, ni criadas. Vivió feliz en O Incio, que no cambiaba por el mejor lugar de Europa o América. Pasó media vida en casa del Berretina disfrutando los platos que preparaba la señora Anita. También era un excelente contador de historias de muchos curas (como el de Rendar, del que sabía muchos cuentos), de gentes de O Incio, de Trasar. Siempre de buen humor y contando anécdotas. En los últimos años paseó muchísimo por el entorno. Conocía al detalle todos los rincones de las tierras de O Incio, Samos, O Caurel...

Siempre estaba voluntario para servir de guía a cualquier visitante para cantarle las maravillas del paisaje, los sitios por los que había andado Ánxel Fole, los monumentos... Era el mejor propagandista de O Incio. Estudioso de las costumbres y de la música popular, grabó docenas de cintas con las voces de las personas mayores de las tierras de la montaña lucense. También en los últimos años se convirtió en un acertado apicultor en San Pedro.

Dicen de él en el Blog Terras do Incio: “Destacamos de esta persona su carácter humano con todos los feligreses de O Incio, así como su importante labor en el campo cultural, pues con la ayuda de una grabadora iba por las aldeas de O Incio en busca de canciones tradicionales y bailes que recopilaba y luego les entregaba a Mini e Mero miembros de A Quenlla. Participó asimismo en la restauración de la Iglesia de Hospital, como dicen muchos vecinos de O Incio "hombres amantes de la libertad como el cura de O Incio hay pocos".

Hombre moderno, adelantado a los tiempos, dialogante, gallego, creyente, sacerdote convencido. Y en los últimos años también navegante por Internet, a pesar de que la conexión telefónica era mala en O Incio y todo funcionaba muy lento, pero él le echa paciencia y peleaba con el ordenador. Por eso merece figurar ahora en la red con una página a él dedicada y preparada por su ahijado.

El 31 de enero de 2009 fue el homenaje a Anxo en O Incio. Y en la madrugada siguiente falleció Casilla; era muy amigo de Anxo pero estaba gravemente enfermo y no pudo asistir al acto. Él siempre le decía a Laura Celeiro: “He de morir y la piedra del cura sin poner, a ver cuándo ponéis la piedra”. Sintió mucho no poder ir al homenaje de Anxo. Y se fue ya en esa madrugada. Si hay un allá, seguro que andan juntos los dos contando cuentos y riendo.

Su trabajo no se perdió. Durante años fue grabando cintas con canciones y romances por muchos lugares de la provincia. Esas cintas se las dio a Mini e Mero (A Quenlla) que las depositaron en el Museo do Pobo Galego de Santiago (Archivo del patrimonio oral y de la identidad) para su estudio y divulgación. Allí Segio de la Ossa y su equipo las están digitalizando para que en el futuro cualquiera las pueda consultar.