Desde muy niño practicó mucho el dibujo a instancias de Rafael Álvarez, tío político de su padre, un consumado artista azabachero y restaurador del Museo del Prado.
En 1980 trabajó en Diseño y Montaje en el departamento de arte y fotocomposición editorial de una empresa importadora en Barcelona.
Durante una fructífera etapa en Artes Gráficas ayudó a J. Farró, uno de los ilustradores catalanes del cómic y discípulo de Ibáñez, en la ilustración de tarjetas postales.
En 1988 se estableció en Sotrondio, en plena cuenca minera asturiana del Nalón, y sería Luís García Bernardo, de la Escuela de San Fernando, del que tomaría lecciones inestimables en su estudio.
En 1990, en Potes (Cantabria), experimentó con acrílicos, desconchados y nuevos formatos. Aunque sin renunciar al óleo, el acrílico iría calando más en la técnica de arte paisajista, para ofrecer al público un trabajo rápido y eficaz. Se centra en el arte para la hostelería lebaniega realizando pinturas y vidrieras para casas de turismo rural.
Tomó valiosos apuntes paisajísticos recorriendo lugares pintorescos como Polaciones, Tudanca, Cabezón de Liébana, el bonito Valle de Camaleño, Cillorigo, Pesaguero, la maravillosa Vega de Liébana, Lamasón, Peñarrubia o Rionansa.
La Sala principal de exposiciones de la Fundación Fredo Árias de la Canal de Frente de Afirmación Hispanista A.C. de México (FAH) sería el marco para su primera exposición individual. La luz reflejada en la piedra, las cuevas con osos, las oquedades y paisajes, serán los temas predominantes de su exitosa exposición titulada "De la obscuridad a la luz...", abierta al público desde el 1 al 16 de septiembre 1990 y ampliamente visitada y teletransmitida por la TV Cántabra.
En 1996 comienza una tranquilizante época pero llena de mucho trabajo. La paz que respira en Caldas de Reis (Pontevedra) llega a ser para él como su "Arlés personal" y disfruta como nunca de la compañía de otros artistas pero muy especialmente del escultor y escritor Xuan Domato Castro, del que agradece su estrecha colaboración y de haberse encargado de varios retratos a la cera de personajes ilustres de la villa.
A comienzos de 1998 comienza en Astorga (León) a diseñar en 3D sus paisajes virtuales y surge el "Espiculaismo" un estilo pictórico-digital en el que se entremezclan largas luces o sombras en forma de espinas dimensionales en el conjunto del espacio volumétrico que le daría lenguaje a su obra pero que abandonaría más tarde centrándose más en "lo suyo", que es el paisaje impresionista, pero sin abandonar por ello las nuevas técnicas del net-art.
En la actualidad es presidente de una Sociedad Artística Gallega (AACA), realizando exposiciones conjuntas e individuales.