Llegó a Galicia en 1658 para realizar la ampliación del convento de San Paio hacia la Vía Sacra, en concreto, la construcción del claustro, celdas y la portería. En Ourense realizó su obra más importante, la iglesia del monasterio de Celanova. En 1653 se había terminado la fachada y en 1661, una vez derribado el interior medieval, fue contratado para reconstruirlo. En 1667 restauró el puente de la ciudad de Ourense. De nuevo en Santiago, realizó una serie de obras que marcan el inicio de su etapa de mayor actividad artística. En 1662, el Ayuntamiento de Santiago le encargó los planos para una cárcel pública y en 1664 construyó en el convento de Belvís parte del ala del mediodía que da a la huerta. Ese mismo año fue contratado para edificar la iglesia del Colegio de Nuestra Señora de los Remedios. Su fama dio lugar a que los monjes de San Martín Pinario lo nombraran maestro de obras, interviniendo en la ampliación del convento. En 1668 reparó la bóveda de la capilla del Hospital Real de Santiago y fue llamado a reconocer la iglesia del convento de Recoletas Agustinas de Lugo, construido por Antonio Rodríguez Maseda.