Se hizo franciscano en Santiago en 1881 y fue lector de Teología hasta 1910. Además, fue bibliotecario del convento.
Publicó las siguientes obras: La concha de la catedral (1918); Descubrimiento de las reliquias del Apóstol Santiago en 1879 (1920), colección de artículos; La cripta del apóstol Santiago (1922); Autenticidad de las reliquias del apóstol Santiago (1922-1925), colección de artículos y ediciones de la Historia Compostelana (1925-29 y reeditada en 1950) y del Cronicón Iriense (1929-30), traducidos y anotados en El Eco Franciscano.