Gabriel Pita da Veiga


Categoría: Sacerdote
Fecha de Nacimiento: En 1903 (†28 de marzo de 1976)
Lugar de Nacimiento: Ferrol (A Coruña)
 Currículum

Entró en el Seminario de Mondoñedo a los 20 años, y cursó allí los estudios eclesiásticos durante otros nueve años. Se ordenó sacerdote en junio de 1932, con 29 anos de edad y un especial deseo de servir a la Iglesia con plena dedicación y espíritu sumiso.
Los dos primeros años de ministerio pastoral los pasó en Mondoñedo como secretario particular del obispo, pero buscando siempre sus aficiones más queridas: la catequesis y el contacto apostólico con la juventud. Estas mismas actividades fueron también su obsesión permanente como párroco en Guitiriz (1935-38) y en Vilalba (1938-47). Aquí dejó una semilla evangelizadora de la que todavía recogemos ahora frutos abundantes.
Pero donde se extremó su entrega fue en la atención a los pobres y enfermos, que lo tenían siempre a su disposición. “O calificativo de “santo” era como un refrendo desa gloria que acompañou a D. Gabriel: os pobres enxalzárono e o pobo proclamouno. ¿Quén dá máis? (Chao Rego).
En 1947 Don Gabriel fue llamado a Mondoñedo como director espiritual del Seminario. Fue una breve experiencia que le abrió camino para volver a su tierra ferrolana a partir de 1953, como párroco de N. Sra. de las Angustias (barrio de Esteiro) y luego de la Concatedral de S. Xiao. Aquí pasó 15 años practicando su pastoral más comprometida, especialmente en el mundo de la pobreza y de la conflictividad social, entonces muy incisiva en las luchas obreras de aquellos tiempos. Él fue siempre un instrumento de paz, aunque le costase conseguirla.
Teniendo en cuenta su delicada salud, por lo que precisaba salir periódicamente a algún balneario o casa rural para recuperarse, el Obispo Mons. Argaya lo trasladó a Mondoñedo en 1968 como canónigo de la Catedral. Pero en este nuevo cargo – que en principio parecía más llevadero- se vió rápidamente sorprendido por la elección como Vicario Capitular, en el período de “sede vacante” que dejó Mons. Argaya, trasladado a San Sebastián.
Y así fue en realidad durante los veinte meses que duró su Vicariato Capitular. Hubo procesamiento de dos sacerdotes por los conflictos laborales de Ferrol. Hubo también otros problemas referidos al gobierno ordinario de la Diócesis y de las obras que se llevaron a cabo. Pero Don Gabriel trataba de poner en todo el espíritu de San Paulo, tal como recogía en una de sus cartas circulares: “no te dejes vencer por el mal, sino vence el mal a fuerza de bien”.
Cuando llegó el nuevo Obispo (Mons Araújo Iglesias), Don Gabriel fue designado Vicario Xeral (septiembre de 1970), y durante otros seis años pudo seguir salpicando su vida de servicios y de dolencias, ya que llevaba en su cuerpo -como S. Paulo- “las señales de Jesús”.

Texto: Uxío García Amor