Trabajó en Noia, donde tuvo de discípulo a Felipe de Castro. Es autor de la efigie ecuestre de Santiago Apóstol, que está en la fachada de la Quintana, de la catedral, y del retablo de la Capilla de San Fernando, también en la catedral, y de las estatuas del Señor atado a la columna, el Ecce Homo, de la tercera Orden, y los ángeles del sepulcro de Santo Domingo.