Comenzó estudiando en el Real Colegio de San Esteban de Ribas do Sil y en 1690 ingresó en el monasterio de Samos. Tomó los hábitos en 1692. Entre 1702 y 1707 dio clases a los futuros monjes. Entre sus alumnos se encontraba el que más tarde sería Fray Martín Sarmiento. Fue profesor de Teología de la Universidad de Oviedo (1709) a donde se trasladó de manera definitiva y donde desarrolló la mayor parte de su labor. En la Universidad de Oviedo se licenció y doctoró en Sagrada Teología y ocupó las cátedras de Santo Tomás y de Vísperas de Teología. Ocupó también la cátedra de Prima cuando ya estaba jubilado. Fue, también, maestro general dentro de su orden, rechazando varios cargos que le fueron ofrecidos, como por ejemplo un obispado que le ofreció Felipe V en América.
Muchos de sus "discursos" y escritos están dedicados a temas médicos (ejerció la Medicina con sus amistades y consigo mismo). Realizó también incursiones en el campo de la Filosofía del Derecho. Uno de los temas más populares y conocidos de la obra de Feijoo es la lucha contra todo tipo de supersticiones, lo que le valió agrias polémicas. Sus obras fueron traducidas a varios idiomas en vida del escritor. Entre sus obras destacan: Teatro crítico (1726-90) compuesto por ocho volúmenes, Cartas Eruditas (1742-60), formadas por cinco, que son una enciclopedia del pensamiento humano de su tiempo, con el propósito de divulgar sus conocimientos por España, Ilustración apologéticas, Demostración apologética, Opúsculos, Manuscritos y Poesías.
Fue miembro honorario de la Sociedad Filosófico-Médica de Sevilla. Es considerado como el precursor y uno de los creadores del concepto moderno de ensayo. Su obra es de carácter utilitario y pedagógico.