Se ocupó preferentemente de temas históricos, en los que alcanzó un gran prestigio. Fue cronista de la ciudad de Ourense, miembro de la Real Academia de Historia, de la Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo y de las Buenas Letras de Barcelona, así como fundador de la Real Academia Galega.
Presidió la Asociación de la Prensa Orensana.