Aunque estudió Derecho, dedicó su corta vida de lleno a la poesía. Ya desde muy joven promovía veladas literarias en el Liceo de San Agustín, donde se relacionó con Pondal, Luis Rodríguez Seoane y Rosalía de Castro. Fue considerado por sus contemporáneos como el “Espronceda gallego”.
Destacan entre sus composiciones los siguientes títulos: Improvisación (un soneto dedicado a Rosalía de Castro), Ensayos poéticos, A una pescadora, El expósito, Un mendigo, A un esclavo, A una huérfana, El adiós del desterrado, A la juventud gallega, Al Liceo de la Juventud de Santiago, Amor patrio, A los mártires de Carral, entre otras.