Obras realizadas

La producción narrativa de Valle-Inclán se inicia a finales del siglo XIX con relatos en publicaciones periodísticas. En 1903 compiló cuatro historias en Corte de amor y escribió los cuentos de Jardín umbrío. Las historias de Feminas y otras más se publican en el volumen Historias perversas en 1907. En todas estas obras Valle-Inclán refleja el paisaje y la vida rural en Galicia. Su consagración como novelista llega en los años 1902-1905 con la publicación de la tetralogía Sonatas: Sonata de otoño (1902), Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905). En 1904 publica también Flor de Santidad y en 1908 y 1909 saca a la luz la trilogía La guerra carlista sobre las tensiones de la última guerra civil. Esta trilogía está formada por Las cruzadas de la causa (1908), El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño (1909). En 1912 y 1913 publicó por entregas en El Imparcial su obra La lámpara maravillosa, en la que teoriza sobre su estética y mística. Su visión degradadora de la realidad se manifiesta en sus últimas novelas como Tirano Banderas (1926). Valle-Inclán pensaba novelar la historia española desde 1868 hasta la muerte de Alfonso XII en un ciclo titulado El Ruedo Ibérico. De este ciclo sólo se publicó la primera trilogía Los amenes de un reinado compuesto por los volúmenes La corte de los milagros (1927), Viva mi dueño (1928) y Baza de espadas (1932).

Por lo que se refiere a poesía, es el autor de tres composiciones: Aromas de leyendas (1907), La pipa de Kif (1919) y El Pasajero (1920).

Su producción teatral se inicia con El Marqués de Bradomín (1906), El yermo de las almas (1908), Cuento de abril (1910), Voves de gesta (1912) y La cabeza del dragón (1914). Publicó además La marquesa Rosalinda (1913), El embrujado (1913), Farsa y Licencia de la Reina Castiza. Posteriormente transformará su técnica reflejando el sentido trágico de la vida española por medio de una estética basada en la deformación de la realidad denominada "esperpento". Así, someterá a sus personajes a una deformación física y psíquica. Esta técnica esperpéntica se refleja en las siguientes obras teatrales: Luces de Bohemia, Martes de Carnaval, trilogía compuesta por Los Cuernos de Don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán y la serie Retablo de la avaricia, La lujuria y La muerte (1927), que es una compilación de las piezas Ligazón, La rosa de papel, La cabeza del Bautista, El embrujado y Sacrilegio.